Radiografía de un destino (I): entre dos aguas

Algo más grande que la comunidad de Aragón, Costa Rica es un país famoso por ser uno de los más ricos en diversidad biológica del mundo, si se compara el porcentaje de especies con la cantidad de terreno que ocupa (tan sólo, unos 52.000 km2): con sólo el 0,03 por ciento de la superficie mundial, los "ticos" albergan un seis por ciento de la biodiversidad del planeta. Waka-waka.
También es de los más pequeños: después de El Salvador y Belice, Costa Rica es el país que menos terreno ocupa del subcontinente centroamericano, aunque bastante bien aprovechado: dicen las estadísticas de promoción turística (no pongo la mano en el fuego, oiga) que el 46 por ciento del país es selva y bosque y que 25 de cada 100 kilómetros están protegidos. El dato que se esconde un poco más es que tiene uno de los índices de deforestación más altos de la zona, cachis.
Administrativamente está dividida en siete provincias (Alajuela, Cartago, Guanacaste, Heredia, Limón, Puntarenas y San José), alberga una población de cerca de cuatro millones y medio de personas, una cifra algo escasa para alguien que viene de Madrid (seis millones y medio en la Comunidad Autónoma). San José, su capital, se encuentra en el Valle Central y es la ciudad más poblada con "tan sólo" cerca de 390.000 personas, sin embargo, ésto es sólo en el área metropolitana: 2,9 millones de personas están censadas en toda la provincia.
Como diría Paco de Lucía -sin decirlo-, Costa Rica, al igual que sus naciones vecinas Nicaragua (al norte) y Panamá (al sur), se baña "entre dos aguas": en el océano Pacífico al oeste y en el Caribe al este. Y como toda esta región, aparte de bichitos, florecillas y playas paradisíacas (cerca de 1.400 kilómetros de litoral), en Costa Rica también hay volcanes (por completar el abanico de opciones orográficas, nada más), islas (del Coco, Tortuga, Pan de Azúcar, etc.) y mucha altura (3.820 metros sobre el nivel del mar en el cerro Chirripó). Todo esto vendrá a su debido tiempo.
De momento, las previsiones dicen que en la maleta no ha de faltar ropa de verano (25ºC - 35ºC), paraguas o chubasquero (lluvias sin piedad todos los días de mayo a octubre), repelente de mosquitos y otros tópicos apropiados para el clima neotropical que, a lo largo del año, se divide en temporada seca y temporada de lluvias.